miércoles, 21 de enero de 2009

PRIMAVERA DE ENERO A DICIEMBRE

Mg. Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.



La llegada de la primavera, estación floral y multicolor, convoca a concurrir a fiestas, realizar reuniones amicales y familiares, a tomar conciencia de la necesidad de bienestar físico debido a que anuncia por adelantado la llegada del verano. Trae consigo ilusiones de emociones nuevas y de nuevas perspectivas a nivel sentimental y, claro está, también moviliza toda la maquinaria del comercio para obtener ganancias con sólo nombrarla. A la primavera se la suele relacionar también con una etapa en la vida que a pesar de ser corta, contiene las experiencias más agradables ya que, en teoría, es el período de tiempo durante el cual el ser humano alcanza su plenitud biológica y psíquica y además, puede disfrutarla. La primavera es el tiempo en que nos sentimos invitados a sentirnos alegres y realizados, a disfrutar del amor y del placer, a sabernos productivos y a gozar de ello. La primavera es todo eso y mucho más.
La cuestión es ¿Cómo hacemos para que esta estación se instale en nuestras vidas y tengamos primavera de enero a diciembre? Estimado(a) lector(a), la vida es muy corta para sentarnos en un rincón a pensar si merecemos o no el intento. Absolutamente todos merecemos esta primavera siempre y cuando para lograrla no nos hagamos daño y no hagamos daño a ningún otro ser vivo.
Valorando nuestra situación de seres humanos privilegiados con el don de la palabra y la capacidad de comunicación debemos concurrir al psicólogo para que cuando nos sintamos afectados por la intolerancia, la impaciencia, el egoísmo, la desconfianza, la falta de respeto a nosotros mismos y a los demás, la culpa, la vergüenza, la soberbia, la envidia, los celos, nos ayude a sentirnos mejor y para que nos ayude también a mantener nuestro estado de plena armonía si es que estamos pasando por un momento feliz. Los pasos a seguir han de ser:


1.- Lograr el autoconocimiento: No es imposible, con un poco de ayuda del psicólogo lo logrará, pues hace falta la mirada y el compromiso de quien no nos conoce previamente para aclararnos el camino y facilitarnos el trabajo hacia el autodescubrimiento.
2.- Aceptar nuestros puntos positivos y negativos: Todos los tenemos y no sólo hay que conocerlos, sino aprender a aceptar lo positivo para seguirlo cultivando y corregir lo negativo para no hacernos daño ni lastimar a los demás. Aprenderemos a vivir con aquello que no podemos cambiar y creceremos como personas.
3.- Lograr estrategias efectivas: Son procedimientos que se trabajan junto al profesional que nos asesora, estas estrategias las trazamos de acuerdo a las posibilidades de cada persona de poder ponerlas en práctica, por lo tanto, son diferentes para cada individuo.
4.- Aplicación a la vida cotidiana de las nuevas estrategias: Llevamos a la práctica todo lo trabajado con paciencia y buen humor. Nos sentiremos mejor, nos veremos mejor, los demás notarán el cambio porque brindaremos lo que ahora sí tenemos: Bienestar. Estaremos vestidos de primavera por dentro y por fuera.


Por otro lado, la primavera en el alma no tiene edad, los niños la presentan naturalmente (por favor, no se las quitemos), los adultos mayores no tienen por qué no gozarla (por favor, no los discriminemos), y usted estimado(a) lector(a), Ahora que sabe qué hacer, ¿Qué espera para vestir su vida de primavera todo el año?

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