miércoles, 21 de enero de 2009

PARA SENTIRSE MEJOR

Mg.Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.



En nuestro medio, las enfermedades mentales y los trastornos de la conducta son problemas que se acentúan día a día. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que afectan a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. Basta con mirarnos interiormente y a nuestro alrededor para constatar que en nuestra ciudad, en particular, cada vez hay más de nosotros que no nos encontramos “del todo bien”. Emplear estrategias dirigidas a mejorar nuestro estado de salud mental es una medida que no debería parecernos inalcanzable y/o inútil; la pregunta sería, desde luego, ¿Dónde encontrar la guía para poder adoptar esas medidas? y ¿Cuáles son las medidas más convenientes para mí?
En algunos sectores de nuestra sociedad, como en algunos otros países de Latinoamérica y en todo país desarrollado, las ideas de la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental, han sido aceptadas por sus habitantes como dos de las mejores medidas para lograr una calidad de vida óptima. Así como tienen al médico “de cabecera” a quien acuden para mantenerse en buen estado de salud física, tienen al psicólogo “de cabecera” al que acuden cuando mentalmente mejor se sienten, para conservar ese estado de bienestar. Estas son formas de prevenir (para después no tener que lamentar) trastornos en su vida que afecten todas las áreas de su personalidad y les priven de esa estabilidad de la que muchas veces creemos gozar.
Cuando una persona en buen estado de salud mental consulta al profesional correspondiente, el trabajo de mantenimiento del estado de bienestar es más sencillo y reducido en el tiempo, además de que también es menos costoso económicamente y emocionalmente para quien consulta. Es importante no esperar a enfermar para acudir a un centro de atención psicológica pues es necesario intervenir antes, cuando las personas aún no han desarrollado el problema.
La prevención no sólo se da en el área individual, existen programas psicosociales basados en las escuelas que pueden reducir la prevalencia de los trastornos de la conducta, los relacionados con el abuso de sustancias e incluso otros problemas propios de cada edad.
Cabe resaltar que el trabajo de prevención de las enfermedades mentales y la promoción de la salud mental no tienen edad. Desde el niño que aún se encuentra en el vientre materno hasta el anciano de edad más avanzada, el ser humano tiene derecho a vivir humanamente y a disfrutar de esa condición. La identificación oportuna de los trastornos mentales graves permitirá instaurar un tratamiento más eficaz y completo y brindarle a la persona una mejor calidad de vida.

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