miércoles, 21 de enero de 2009

EFECTIVIDAD DE LAS TÉCNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL™ PARA LA RESOLUCIÓN DEL TRAUMA PSICOLÓGICO EN ALUMNOS DE LA U.C.V.

(Versión completa del artículo en http://www.jajajaqueocurrentedoctor.blogspot.com/)

Lic. Díaz Díaz, Pablo
Lic. Vásquez Carrasco, Eduardo

Psicólogos Clínicos - Universidad César Vallejo. Trujillo-Perú.

Resumen

La presente investigación, de diseño experimental, explora la efectividad de las Técnicas de Integración Cerebral™ ( Solvey y Solvey, 2000) en la resolución del malestar asociado a experiencias traumáticas. Para tal fin se trabajó con una muestra de cinco participantes por cada grupo, uno experimental y otro control, atendidos en el consultorio psicológico de la UCV, a quienes se les aplicó la Escala de Impacto de Eventos (Horowitz, 1979), utilizándose la formula estadística T de Student. Entre los resultados obtenidos se observa que existen diferencias significativas entre las post mediciones entre los grupos control y experimental, tanto a nivel global del trauma psicológico, así como en los síntomas de intrusión.Palabras Claves: Trauma psicológico, Técnicas de Integración Cerebral™, Tratamiento de trauma psicológico, síntomas de evitación, síntomas de intrusión.

INTRODUCCIÓN
Las Técnicas de Integración Cerebral™ (Solvey y Solvey,2000) han demostrado, a nivel de la praxis clínica, una alta eficacia en la resolución del trauma psicológico. La intención de la presente investigación es demostrar, a nivel metodológico, esta eficacia. Para tal fin se ha definido al trauma psicológico, a nivel operacional, como toda experiencia que al ser evaluada con la Escala de Impacto de Eventos obtenga un nivel clínico de malestar. Asimismo, a nivel teórico, se define al trauma psicológico como toda experiencia que al ser recordada perturbe. Las técnicas utilizadas en el procedimiento investigativo fueron las Técnicas de un ojo por vez (Cook y Bradshaw,2000) y la Técnica de los Anteojos Hemisféricos™ ( Solvey y Solvey, 2000) siguiendo el procedimiento estandarizado.A la fecha no existen investigaciones que validen las Técnicas de Integración Cerebral™ ni que versen sobre el trauma psicológico como variable. A pesar de ello, existen trabajos que utilizan EMDR y Terapia Cognitiva Conductual sobre patología clínica relacionada al trauma psicológico, tal es el caso del TEPT (trastorno por estrés postraumático). En tales estudios se observan mejorías significativas en los tratamientos, a corto y mediano plazo, más no especifica el proceso de mejora a largo plazo.En la presente investigación se plantea la eficacia de las Técnicas de integración cerebral™ en la resolución del trauma psicológico, entendido según los indicadores de los síntomas de evitación e intrusión. La hipótesis de investigación es la existencia de diferencias significativas en las mediciones post tratamiento, al comparar los grupos experimental y control.


El Problema

Siempre se ha prestado atención científica a los efectos psicológicos que se dan ante eventos traumáticos, y el estudio del trauma psicológico ha estado ligado persistentemente a las circunstancias sociales y políticas de los contextos mundiales donde se ha dado. Es lo que algunos teóricos han venido a denominar la psicotraumatología moderna.En épocas anteriores, el trauma psicológico se ha estudiado ampliamente como fenómeno. Ya sea en forma de estudio de la histeria, o bajo la denominación de neurosis de guerra o más recientemente en la forma de violencia doméstica y sexual, el trauma psicológico ha estado bajo el prisma de los investigadores. Los principales promotores de la psicotraumatología han sido el movimiento republicano anticlerical en Francia en el siglo XIX, los movimientos antibelicistas y pacifistas durante las grandes guerras del siglo XX y recientemente el movimiento feminista.A pesar de lo anterior, después de cada oleada de interés en este tema, los resultados de estas investigaciones han caído rápidamente en el olvido de la colectividad científica. Luego de cada punto álgido de estos movimientos ha venido un decaimiento del interés que se ha traducido en el descuido de los resultados que estos estudios han proporcionado.Además el estudio del trauma psicológico se encontraba desligado de las técnicas terapéuticas para el alivio de éste, y lo continúa estando. Los investigadores estaban más interesados en estudiar al trauma psicológico, que en comprobar el funcionamiento de técnicas terapéuticas eficaces para la resolución de este.Recientemente, desde hace más o menos 20 años a esta parte, se han ido desarrollando y perfeccionando técnicas basadas en teorías novedosas, como la neurofisiología y la psicología de la energía, que buscan aliviar el trauma psicológico en un tiempo bastante breve, reduciendo costos y sufrimiento psicológico. Algunos investigadores, por lo general a partir de las postguerras, se han volcado al estudio del tratamiento del trauma psicológico, utilizando técnicas terapéuticas breves y prometedoras.A nivel nacional, el estudio del trauma psicológico ha estado ligado a las secuelas de los acontecimientos sociales y naturales, en los que se enmarca el terrorismo, catástrofes naturales, violencia estructural y conflictos armados con países limítrofes. Asimismo, siguiendo la corriente internacional, las investigaciones están orientadas al estudio teórico de este fenómeno, desligadas de la investigación referida al tratamiento del trauma psicológico. Este estudio ha estado mayormente enfocado desde un punto de vista psicosocial, en desmedro del ámbito clínico.En el ámbito local no se han registrado estudios referidos al trauma psicológico de manera específica. Sin embargo, se han encontrado investigaciones cuyos temas abarcan situaciones estresoras causantes de posibles traumas. Institucionalmente el interés académico se ha orientado al estudio de poblaciones víctimas de violencia estructural y sus características consecuentes.En la presente investigación se ha considerado la aplicación de las técnicas de integración cerebral, específicamente, la técnica de un ojo por vez y la técnica de los anteojos como opción de tratamiento. Estas técnicas están enmarcadas dentro del ámbito clínico y terapéutico, concretamente, en los descubrimientos recientes de las neurociencias, en la especialidad de la neurofisiología y su aplicación terapéutica.El inconveniente radica en que estas técnicas incluidas dentro del grupo de las llamadas terapias de avanzada no han sido tan prolíficamente estudiadas en contextos controlados experimentalmente. No sólo son poco conocidas por parte de los profesionales dedicados al quehacer terapéutico, sino que no existen investigaciones que verifiquen el funcionamiento de estas técnicas de avanzada. La bibliografía es escasa y no está muy difundida.En conclusión, el trauma psicológico ha sido estudiado regularmente, pero también rápidamente olvidado, obedeciendo a los intereses sociales y políticos imperantes en cada época de la historia. Muchos menos, el estudio del tratamiento del trauma psicológico ha recibido menos interés por parte de los investigadores. Se conoce la existencia de técnicas terapéuticas prometedoras, pero que no cuentan con el sustento de investigación necesario, a pesar de su conocida eficacia clínica. La presente investigación va orientada a eso, cubrir el vacío existente en el estudio del trauma psicológico y específicamente, el estudio del tratamiento del trauma psicológico.


Antecedentes Internacionales:


  • Figley & Carbonell. (1999), desarrollaron la investigación titulada “A Systematic Clinical Demonstration of Promising PTSD Treatment Approaches” en la Florida State University. En el mismo se pusieron a prueba cuatro tratamientos no tradicionales y controversiales. Los cuatro tratamientos elegidos fueron: TFT (Thought Field Therapy o Terapia del Campo del Pensamiento), TIR (Traumatic Incident Reduction o Reducción de Incidente Traumático), EMDR (Eye Movement Desensitization and Repprocesing o Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), y VKD (Visual Kinesthesic Dissociation o Disociación Viso Kinestésica). Los cuatro demostraron ser muy efectivos en un rango de 4 a 8 horas de tratamiento. Todos ellos requieren que el paciente se “sintonice” de alguna manera con el hecho traumático, y tres de ellos incluyen algún tipo de movimiento de ojos (que según se cree participan de alguna manera en el procesamiento de la información).
  • Lange & Cols. (2003), desarrollaron una investigación titulada “Interapy: Treatment of Post-traumatic Stress via the Internet” desarrollada en el Departamento de Psicología Clínica de la Universidad de Ámsterdam en los Países Bajos. Trata sobre el tratamiento cognitivo conductual para TEPT de leve a severo vía internet. 69 personas fueron sometidas al grupo experimental y 32 permanecieron en la lista de espera. Se concluyó una considerable mejoría del grupo experimental en comparación con la lista de espera en cuanto a los síntomas relacionados con el trauma y la psicopatología en general. El tratamiento se mostró efectivo sobre todo en personas con trauma intencional y aquellos que no habían hablado del suceso con otras personas significativas antes del tratamiento. Asimismo se notó un aumento notable de la adaptación cognitiva durante el tratamiento.
  • Rogers (1998), desarrolló una investigación titulada “An Alternative Interpretation of "Intensive" PTSD Treatment Failures”, publicado en el “Journal of Traumatic Stress, Vol. 11, No. 4” que versa sobre los fracasos de algunos programas de tratamiento “intensivo” de TEPT. En ella se evalúan dichos fracasos de tratamientos en relación a pacientes postraumáticos de experiencias de combates de guerra. Se concluye que el foco del tratamiento, en estos casos de aparente fracaso deben centrarse en otros problemas o áreas problemáticas de la persona y no enfocarse tanto en el trauma del combate. Además se ultima que en estos casos no se utilizan a profundidad ni sistemáticamente los procedimientos de tratamiento validado para TEPT.
  • Ricci & Cols. (2006), realizaron una investigación titulada “Some effects of EMDR on previously abused child molesters: Theoretical reviews and preliminary findings”, en la Radford University, The Counseling Centre, y el Mental Research Institute todos en Estados Unidos y publicado en “The Journal of Forensic Psychiatry & Psychology”. El tratamiento de EMDR de psicotrauma fue aplicado en diez abusadores infantiles con historias de abuso sexual en la infancia como complemento del tratamiento estándar de prevención de recaídas cognitivo conductual (CBT-RP) de terapia grupal. Se realizaron mediciones pretest y postest con la “Sexual Offender Treatment Rating Scale (SOTRS)”. Se observó una disminución del despertamiento sexual anormal en comparación con la condición de control. También se observó una disminución de pensamientos de tipo sexual, una mayor motivación para el tratamiento y aumento de la empatía con sus víctimas. Esto es importante porque el despertamiento sexual anormal está asociado a una reincidencia sexual.
  • Zimmermann & Cols. (2007), publicaron la investigación titulada “Long-Term Course of Post-Traumatic Stress Disorder (PTSD) in German Soldiers: Effects of Inpatient Eye Movement Desensitization and Reprocessing Therapy and Specific Trauma Characteristics in Patients with Non-Combat-Related PTSD”, que fue realizado en el Hospital de las Fuerzas Armadas Alemanas de Hamburgo. Se evaluaron 89 soldados alemanes que recibieron el tratamiento hospitalario para TEPT desde el año 1998 hasta el año 2003. Un grupo recibió como tratamiento EMDR y otro grupo recibió el tratamiento general del hospital y educación en relajación. Se realizó un seguimiento de hasta 29 meses, para tal fin se usaron la “Impact of Event Scale” y la “Post-Traumatic Stress Scale (PTSS-10)” como parámetros de mejoría. La “Impact of Event Scale” demostró que los pacientes que habían recibido tratamiento de EMDR para el trauma psicológico habían mejorado el curso y, a largo plazo, el resultado era más pobre para aquellos soldados que estuvieron enfrentados a la muerte durante el tratamiento. También concluyen que no se puede afirmar que los resultados del tratamiento se mantengan con el tiempo ante un tratamiento que tenga solo semanas de duración. Finalmente sugieren incluir en el tratamiento de soldados con TEPT la inclusión del aspecto espiritual en el tratamiento y la participación en grupo de apoyo.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS

La psicotraumatología o traumatología psicológica es el estudio del trauma psicológico (Cazabat, 2001). Cuando se hace mención de estudio se abarcan definiciones, clasificaciones, historia, formas, tipos, criterios diagnósticos, factores, modelos explicativos, tratamiento, etc. Cazabat (2001) define el hecho traumático como la interrupción de la línea histórica normal de la vida de la víctima, produciendo profundas alteraciones a nivel biológico, emocional, cognitivo y relacional. Asimismo, Solvey & Solvey (2006) definen al trauma psicológico como toda experiencia que al ser recordada genera perturbación. Debido a la reciente formulación de este nuevo campo del conocimiento psicológico denominado psicotraumatología, por parte de algunos teóricos, en la cual se hace referencia a teorías que abarcan los fundamentos biológicos, psicodinámicos y la teoría del procesado de la información de base cognitivo-conductual; éstas resultan ser poco conocidas por los profesionales de la salud, a pesar que a través de la historia se le ha prestado cierto interés, bajo otros nombres, como histeria o neurosis de guerra.A pesar de ello, se ha observado que en la realidad psicosocial de la región existe una presencia cada vez mayor de situaciones consideradas por algunos autores (Solvey & Solvey, 2006) como potencialmente traumáticas. Ejemplo de ello son las diversas experiencias traumáticas observadas en los participantes de este estudio, como abuso sexual, asalto, intento de secuestro, duelo, etc. Es por ello que se consideró necesario validar nuevos tratamientos de psicotrauma que puedan ser utilizados por los profesionales de la salud y brindar antecedentes para posteriores investigaciones. Esto se plantea a partir de las explicaciones de la efectividad de dichas técnicas terapéuticas.Se ha observado, a raíz de la recopilación de información, que el estudio del trauma psicológico ha estado desligado del estudio del tratamiento de éste. A partir de la década de los 90’s se empezaron a validar tratamientos breves y eficaces para la resolución del trauma psicológico, en sus diferentes manifestaciones clínicas. Tal es el caso de las Técnicas de Integración Cerebral™, en sus variantes de Un ojo por vez y de los Anteojos Hemisféricos™, desarrollados por Audrey Cook y F. Schiffer y Solvey y Ferrazzano de Solvey en el año 2000. Ambas técnicas fueron derivadas de un análisis neurofisiológico del psicotrauma. Este análisis concluyó que el hemisferio izquierdo o dominante; almacena los recursos, los sentimientos y pensamientos o creencias positivas. Mientras que el hemisferio derecho o no dominante, almacena los traumas, los sentimientos y pensamientos o creencias negativas. Con las Técnicas de Integración Cerebral™ al activar los hemisferios cerebrales de manera alternada y secuencialmente; se produce la activación rápida y secuencial de ambos hemisferios, provocando un intercambio de información por medio del cuerpo calloso.De esta manera, sea cual fuere el hemisferio cerebral que este activado en ese momento, ambos hemisferios tienen una gran capacidad de comunicarse entre sí. Por lo tanto, si se comienza a cotejar y ligar rápidamente emociones y creencias negativas que pertenecen al hemisferio cerebral derecho, con las soluciones y recursos del hemisferio cerebral izquierdo, hasta que se logre una integración de ambos hemisferios; trae como consecuencia la modificación de pensamientos y sentimientos negativos, y se logra una visión más realista, viable y adaptativa de percibir el entorno.La patología aparece cuando la comunicación interhemisférica se bloquea parcial o totalmente. Esto ocurre cuando la persona vive una situación estresante, o está en shock, o cuando está incrédula. En ese momento los hemisferios cerebrales pierden la capacidad de comunicarse y adaptarse; apareciendo los síntomas de la perturbación (Solvey & Solvey, 2006).A continuación se presentará el análisis de las hipótesis de trabajo, en relación a la efectividad de las Técnicas de Integración Cerebral™, en la resolución del trauma psicológico en alumnos de la UCV:Luego de la aplicación de las Técnicas de Integración Cerebral™ se observaron diferencias significativas en la percepción del malestar asociado a experiencias traumáticas entre el grupo control y experimental, esto evidencia la efectividad de la técnica terapéutica empleada, ya que la disminución de las puntuaciones muestra una reducción del malestar asociado a la experiencia traumática vivenciada. Esto corrobora lo mencionado por los creadores de la técnica, en tanto se produce el reprocesamiento de la experiencia traumática a través de la conexión interhemisférica, desbloqueándose la sintomatología traumática y permitiendo el intercambio de información entre los hemisferios cerebrales. Al contener ambos hemisferios cerebrales diferentes formas de experimentar lo vivido, el objetivo de la estimulación bilateral es lograr un equilibrio de activación de ambos hemisferios al recordar el hecho traumático. Puesto que la experiencia traumática se almacena en el hemisferio derecho, este inhibe los recursos del hemisferio izquierdo referidos a los sentimientos positivos, a la capacidad de resolver problemas y la temporalidad de los hechos; que permiten superar el trauma psicológico. (Solvey & Solvey, 2006).En cuanto a la percepción del malestar generado por los síntomas de evitación asociado a experiencias traumáticas no se han encontrado diferencias significativas luego de la aplicación de las Técnicas de Integración Cerebral™. Entendiéndose los síntomas de evitación como los esfuerzos de la persona por evitar pensamientos, sentimientos, actividades, lugares, etc. que le recuerden el hecho traumático (Montt & Hermosilla 2001). Este hallazgo se explica por la persistencia de estímulos relacionados a la experiencia traumática, luego del tratamiento, tales como cicatrices corporales producto de un asalto e intento de secuestro, convivencia con personas relacionadas al hecho en el caso de abuso sexual e intento de violación, necesidad de recordar la experiencia como en el caso de duelos, bullyng o acoso en el caso de una ruptura de relación sentimental y la necesidad de realizar actividades cotidianas en el caso de compulsiones. Asimismo, Rogers (1998) recomienda centrar el foco del tratamiento en estos casos en asuntos relacionales y otras áreas de la persona y prestar menos atención al hecho traumático en si, usándose otros enfoques terapéuticos que abarquen el aspecto interaccional de la persona como terapia de apoyo, familiar, etc.En cuanto a la percepción del malestar generado por los síntomas de intrusión asociado a experiencias traumáticas se han encontrado diferencias significativas luego de la aplicación de las Técnicas de Integración Cerebral™. Estos síntomas son definidos por Montt & Hermosilla (2001) como irrupciones recurrentes de pensamientos, sentimientos e imágenes relacionados al evento traumático. Para este grupo de síntomas, las Técnicas de Integración Cerebral™ se han mostrado eficaces. Estos síntomas, al ser de carácter intrapsíquicos, se ven modificados positivamente por el mecanismo de las técnicas terapéuticas empleadas. Asimismo, estos síntomas tienen un carácter neurofisiológico que se ve modificado por la integración interhemisférica. Además este grupo de síntomas no requiere de estímulos ambientales para ser activados, situación contraria a los síntomas de evitación que se mantienen por estímulos externos, muchas veces ecológicos, es decir, que puede cumplir una función positiva.


Conclusiones

Se arriba a las siguientes conclusiones:

Las Técnicas de Integración Cerebral™ parecen ser efectivas para la disminución del malestar general asociado a experiencias traumáticas en alumnos de la UCV atendidos en el Consultorio Psicológico.No existen diferencias significativas en la percepción del malestar generado por los síntomas de evitación asociado a experiencias traumáticas entre el grupo control y el grupo experimental, después de la aplicación de las Técnicas de Integración Cerebral™ en alumnos de la UCV.Existen diferencias significativas en la percepción del malestar generado por los síntomas de intrusión asociado a experiencias traumáticas entre el grupo control y el grupo experimental, después de la aplicación de las Técnicas de Integración Cerebral™ en alumnos de la UCV.


Recomendaciones

Difundir las Técnicas de Integración Cerebral™, dada la eficacia encontrada en la resolución del malestar asociado a experiencias traumáticas; para el beneficio de instituciones que cuenten con poblaciones similares como universidades, institutos y ámbitos académicos en general.Incluir otras sesiones subsiguientes, dos en promedio, enfocando en la intervención el trabajo con los síntomas de evitación.Incluir a las Técnicas de Integración Cerebral™ como tratamiento de elección en alteraciones que contemplen síntomas de intrusión y que tengan un origen traumático, dada la aparente efectividad encontrada en estas técnicas terapéuticas.


BIBLIOGRAFÍA


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LIDIANDO CON PERSONAS DIFÍCILES

Mg. Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.




La vida no es fácil. Los dichos populares se encargan de recordárnoslo siempre que nos topamos, entre otras cosas, con personas que nos hacen la vida realmente difícil. Así tenemos: “Yerba mala nunca muere”, “de todo hay en la Viña del Señor”, “en todos lados se cuecen habas”, etc. Sí, definitivamente estar al lado de cierto tipo de personas nos provoca malestar, cólera, mal humor, depresión y hasta llegamos a pensar que la falla está en nosotros, pues muchas veces nos preguntamos si no somos nosotros los responsables de que esa persona difícil sea tan fastidiosa.
Me refiero a esas personas con las que la mayor parte de gente tiene problemas en el trato, personas amargadas, frustradas por, sabe Dios qué razón, enojadas consigo mismas y con el mundo y que además contagian su “mala onda” (energía negativa) a quienes les rodean. ¿De quiénes se trata? Pues del “rajón”, del “desubicado”, del “cotorro” que siempre mete “las cuatro” porque no sabe callarse las cosas, del “mal agüero” malintencionado aprendiz de adivinador, del aguafiestas, del chismoso, del “venenoso” de lengua viperina (como la de la serpiente), del burlón que a todos pone apodos crueles, del “insultador”, del indeciso, del “discutidor” que espera a que digas algo para decir ¡no!, del “chupamedias””arrastrado”, del perfeccionista, del “genio” que lo sabe todo, del autoritario nacido para someter a los demás, etc.
Desde luego cada uno de nosotros tiene algo de lo mencionado, pero hay quienes construyen su vida en torno a estas formas de ser, es decir, su perfil psicológico coincide con las características de uno o más de los tipos mencionados y ser un ser humano normal es para estas personas una rara excepción y nada más.
Claro que siempre surge la pregunta: ¿Por qué estas personas son así? Los motivos siempre tienen que ver con la falta de confianza en sí mismos, con baja autoestima, con complejos no superados, con incapacidad para tolerar las frustraciones, y se sienten tan poca cosa que no encuentran mejor alivio que lastimar a los demás para empequeñecerlos y así sentirse “a la altura”, es decir, hacen infelices a los demás porque ellos son infelices.
Qué debemos hacer
La respuesta es sencilla: No hay que consentir el maltrato.
Lamentablemente, estas personas difíciles se nos “cuelgan” porque nosotros de alguna forma se los permitimos, ¡sí señor! de manera que lo peor que podemos hacer en adelante es quedarnos “en el molde”, sin hacer nada, con los brazos cruzados. Debemos defender nuestra dignidad, nuestra autoestima, no debemos permitir que se nos humille, insulte, degrade ¡no señor! Pues las situaciones que se generen pueden hasta enfermarnos no sólo psíquicamente sino también físicamente.
Debemos responder pero siempre tomando en cuenta la gravedad de la situación y cuánto estamos “enganchados” nosotros mismos con la persona en cuestión, sin saltar cual león enjaulado, sin gritar, insultar o romper cosas, pues empeoraríamos todo; hay que responder en el momento y de la forma adecuados: pensando lo que se va a decir o hacer y si las palabras y acciones a realizar serán las mejores, elegiremos tomarnos unos segundos para procesar nuestra respuesta mientras los “humos” bajan un poco y recuperamos, ambas partes, un poco de tranquilidad. Utilicemos siempre expresiones claras y directas, sin rodeos ni justificaciones (para esto también nos tomamos los segundos arriba mencionados), es decir, hable y actúe con seguridad, racionalmente. No caiga en la trampa de reaccionar impulsivamente y decir y hacer cosas de las que después se arrepentirá.
Desde luego, no todas las personas difíciles son iguales, hay quienes están a mayor nivel o gozan de mayor poder o autoridad que uno como pueden ser los jefes, los padres, tíos, familiares mayores y que aprovechan su posición para vapulearnos. En estos casos la respuesta más inteligente será no responder y esperar para “agarrarlo” de buen humor y acercarnos a decirle lo mal que estuvo lo que nos hizo y lo decepcionados que nos sentimos porque nos demostró ser alguien que aprovechando su posición de ventaja ha herido nuestros sentimientos (claro, Ud. elegirá las palabras que desee para expresar la idea). De esta forma vamos a conseguir que esa persona lo piense dos veces antes de intentar maltratarnos una próxima vez.
En el caso que se trate de alguien que es nuestro igual, es decir, un compañero de trabajo, un amigo, un hermano, la pareja, entonces sí, hay que “pararle en seco”, sin desesperarse, sin ofender, sin herir; con coraje, con habilidad, con firmeza. Calmadamente le invitaremos a que nos diga cuál es su problema con nosotros, qué gana haciéndonos sentir mal (porque esa persona sabe lo que nos hace sentir), y le invitaremos a llegar a un acuerdo de no-maltrato si es que desea seguir vinculado a nosotros. De esta forma nos desharemos de quienes no nos valoran (pues nos usan sólo para aguantar sus maltratos) y ganaremos el respeto y consideración de los que sí nos aprecian lo suficiente como para tratarnos tal cual lo merecemos, es decir, como quisieran que los traten a ellos.
Recuerde, no hay nada en este mundo que justifique aguantar el maltrato, nadie tiene la culpa de lo que otros hacen pues cada quien toma sus propias decisiones y no es de valientes responsabilizar a otros de frustraciones y acciones propias, mucho menos si esos otros están en desventaja y sólo se les hace “pagar pato”.

DISUACIDIOS

Mg.Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.


El enfrentar la idea de la muerte, ese algo desconocido, oscuro, es un acto que al ser humano le estremece, le causa inquietud, le aterroriza. Aún quienes afirman haber aceptado la idea de la muerte o no temerle, para llegar a este punto debieron haber transitado los tortuosos caminos que les llevaron a aceptar, finalmente, que todo lo que una vez tuvo vida deberá al final de su ciclo vital, perderla.
En los casos de enfermedades terminales, quienes las padecen tienen poco o mucho tiempo y deseos de examinar cómo fue todo aquello que vivieron y que no podrá repetirse y, de ellos, en quienes se aferren a esta vida, surgirá la intención de una “mejor calidad de vida” que traerá consigo un cambio profundo en la concepción de mundo, persona y espiritualidad que tenían; en este proceso jugarán papeles importantes el apoyo familiar, las creencias y el establecimiento de objetivos a corto, mediano y/o largo plazo. Y la muerte ya no los sorprenderá en un estado de desesperación, es más, puede que tarde más de lo esperado.
Pero, ¿Qué pasa si una persona siente que la única forma que tiene de librarse de todos sus sufrimientos no se encuentra en el libreto escrito para sí en este lado del muro?
Pues bien, el tema que nos trae a este espacio no es exactamente la idea de aceptación de nuestra propia muerte (que no es poco), sino el por qué la persona que decide suicidarse no encuentra otra solución a lo que le ocurre en esta vida y decide que lo mejor es morir.
Desde tiempos antiguos la visión y actitud social frente al suicidio han cambiado. Hasta dependía de en qué latitud terrestre se llevaba a cabo, no era lo mismo en un lugar que en otro. Para muchos, jurídicamente, el suicidio es considerado un derecho.
La religión Católica también tiene un espacio para el suicidio y nos dice que todo aquel que lo comete será condenado, pues nadie tiene derecho a despojarse de lo que Dios le ha dado.
Se entiende por suicidio a la acción de quitarse la vida de forma voluntaria, es decir, el agente y la víctima son la misma persona, además, el acto es consumado con plena conciencia de causa: la víctima sabe que la consecuencia de su conducta debería ser su propia muerte. Existen varios tipos de suicidio, sin embargo, lo que nos interesa es qué factores pueden ocasionarlo y cómo prevenir acciones de autoeliminación.
La depresión, unida a la dependencia emocional, agotamiento físico y psíquico, sentimientos de culpa, necesidad de castigo, pobre valoración de sí mismo y una importante cuota de auto agresión, suelen ser de las causas más frecuentes para llevar a cabo una acción suicida, aquellas pueden surgir de un profundo sentimiento de inadaptación social, de impulsos agresivos que se tornan en contra del sujeto, de continuas frustraciones que debilitan al Yo, de sentimientos de impotencia al perder algo o a alguien amado, llegando a considerar al suicidio como el único medio para recuperarlo (duelo patológico), y se constituyen motivaciones del comportamiento suicida, el mismo que puede obedecer a un intento por cambiar las actitudes o sentimientos de otras personas en cuyo caso se consideraría al comportamiento suicida como medio de influencia, o pueden apuntar a la autoeliminación real. Cuando el suicidio se utiliza como medio de influencia, la persona no busca realmente eliminarse, sus amenazas apuntan a castigar al otro, testigo del sufrimiento de la víctima. Sin embargo, cuando el objetivo es la autoeliminación, el advenimiento de la acción suicida no siempre es advertido por el entorno. Al menos concientemente.
Ahora bien, en nuestra sociedad la tasa de suicidios aumenta cada día y nos encontramos descubriendo impulsos suicidas en quienes menos lo esperamos.
Debemos hacer las distinciones pertinentes. A muchos de nosotros se nos ha cruzado en algún momento por nuestra mente la idea de que las cosas estarían mejor si no estuviéramos en este mundo, pero ¿intentamos auto eliminarnos? Esta sola idea nos espanta y nos hace renunciar a lo que pensamos anteriormente; vienen a nuestros pensamientos las caras y comentarios de nuestros familiares, amigos, vecinos y la idea de no estar aquí se nos torna ridícula, por que además ¡tenemos tantos planes! Esto nos ocurre a los neuróticos que de vez en cuando tenemos alguna reacción depresiva: lloramos, chillamos, pataleamos, incluso compartimos nuestras penas con quien nos preste la oreja y/o arrastramos nuestra alma, víctimas del dolor cuando las cosas no salen como queremos y estamos en medio de líos que nosotros mismos nos hemos buscado, y nos preguntamos ¿quién podrá salvarnos?
Sin embargo, están quienes no funcionan así, las personas para las que la vida ha perdido su sentido. No tienen por qué luchar, no hay amor que les baste, nada es suficiente, no encuentran solución posible a lo que les ocurre, no existe un mañana, no tienen planes, ¡su existencia está de antemano acabada! Experimentan una horrible sensación de vacío interior que no puede ser reducido de forma alguna, y allí, en ese dolor, hace su nido un sentimiento de autodestrucción que crece día a día, a veces disfrazado de alegría, otras veces sólo de cierta tristeza, pero difícilmente será pública esta muerte espiritual del que va por allí esperando y/o buscando el momento y circunstancia propicios para dejar este mundo y no seguir sufriendo. Para las personas que tiene esta vivencia, el suicidio sí es una solución, están imposibilitadas de levantar su mirada y percatarse de que no todo es blanco o negro, de que existen opciones aún en las peores situaciones.
Las manifestaciones de personas realmente melancólicas no son fáciles de leer ni siquiera para los profesionales de la salud. Es importante y necesario tener especial cuidado cuando nos encontramos frente a personas en las que sospechamos presencia de sentimientos suicidas.
Me permito proponer algunas sugerencias para personas que se encuentran pasando por situaciones depresivas, sea cual fuera su naturaleza:



  1. Acercarse a pedir ayuda, sea a un Centro de Salud, Posta Médica, Consultorio Psicológico o a un profesional psicólogo en forma particular.

  2. Si está tomando medicamentos, se siente mucho mejor y desea dejarlo, consultar al profesional de la salud que se lo prescribió para que lo autorice.

  3. Tomar en cuenta seriamente los consejos del profesional psicólogo que lo atiende.

  4. Buscar ocuparse en actividades de su agrado como complemento de su terapia psiquiátrica y/o psicológica.

  5. Valorar la compañía de familiares y amigos y confiar en ellos.

  6. Darle importancia a la vida espiritual y al crecimiento personal.

  7. Participar en talleres, charlas y actividades grupales que se refieran a temas de su interés para cultivar nuevas amistades.


Pero sobre todo, trace un objetivo en su vida a corto plazo, otro a mediano plazo y finalmente un tercer objetivo a largo plazo. No olvide pedir ayuda. El error es no hacerlo.

EL MACHISMO NO ES TAN MACHO: SUS RAICES SON FEMENINAS

Mg. Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.



En nuestra sociedad la visión machista no está tan desprestigiada como creemos. Se manifiesta a cada rato y por todos lados. Incluso las clases sociales que se oponen a la doctrina machista promueven lo contrario y es que la discriminación sexual no es algo teórico. Decir que se está en contra de ella no basta, sólo suena bien, moderno y liberal. Pensemos entonces que una educación que parte de la familia y constituye enseñanza de conceptos y no transmisión verdadera de valores y experiencias vivenciales no alcanza para cambiar esta tendencia anacrónica en la que vivimos.
No nos gusta admitirlo pero somos los padres y madres los principales responsables que la educación “que comienza por casa” se encargue de establecer desde muy temprana edad en nuestros niños la discriminación sexual origen de futuros conflictos. En la familia se celebran situaciones como el que un hijo mantenga relaciones amorosas con varias chicas pues es un “conquistador” mientras que si la hija se prestara a algo similar generaría una situación más que vergonzosa para la familia.
Sabemos que existe una gran lista de patrones de conductas desde las más inofensivas hasta las más violentas que nuestros hijos adquieren dentro de la familia, que se van consolidando y fortaleciendo en la escuela y se terminan de asentar en lo más profundo de la personalidad cuando el niño deja de serlo.
El pensamiento de los padres de familia, que se traduce luego en conducta es la principal escuela del machismo en los niños y jóvenes de nuestra sociedad. No es exclusivo de franjas sociales pobres e incultas, sino que también se manifiesta, en las mal llamadas sociedades altas y cultas.
Muchas veces oímos que “de padres machistas, hijos machistas” y esto es verdad pero (y siempre hay un pero), si no hay alguien sobre quién ejercer ese poder machista no existiría el machismo y es aquí donde la madre juega un papel muy importante. Ella complementa esta educación y con ejemplos también enseña a sus hijos e hijas a ser machistas: la violencia doméstica, el maltrato infantil, el chantaje, las agresiones verbales, físicas, morales y sexuales son patologías de personas adultas que han sido instauradas desde la niñez y que las continúan en sus propios hijos creando y criando así nuevos seres en la mentalidad machista en la que fueron criados aquellos. Puede que sean trabajadores y trabajadoras cumplidos y amigos y amigas leales pero “puertas adentro” son naturalmente abusivos y/o maltratados y ¿por qué? Porque eso fue lo que aprendieron de sus propios padres y en especial de la madre que permitió que los abusos fueran posibles (ya sea por miedo, vergüenza, impotencia, necesidad económica y hasta conveniencia). Ya esos tiempos pasaron y no hay razón para mantener esos patrones de comportamiento vigentes ¡Por favor!
No sería justo dejar de lado el papel tan importante que juega nuestra religión en todo lo que es parte de nuestra educación como sociedad creyente y cristiana. La posición mariana (palabra que deriva del nombre de María Madre Virgen) en la que ubica la Biblia a la mujer es muy claro ya que le encarga un papel totalmente pasivo, de abandono personal en pos de seguir al varón, marido de ella, a donde él decida dejando su propia casa y familia, de criar a los hijos que tenga de él y a ser tratada de la forma más deshonrosa si es que oscurece el cielo de esa sagrada unión la sombra de la más pequeña duda. Esta es la mentalidad con la que muchas mujeres se crían y crecen y es la misma que imparten a sus hijas e hijos, quienes un día serán a su vez madres y padres. ¿Puede acaso verse cuán importante es el papel de la mujer-madre en la formación de una mentalidad machista o no machista? El machismo pues, no es tan macho. Tiene una profunda raíz femenina.
Aceptar al otro (sea la pareja, el compañero/a) como es, no significa ponerse bajo su dominio ni dominarlo, enseñemos con nuestra propia conducta que somos capaces de no permitir el machismo en nuestra familia, desechemos ese pensamiento absurdo que enferma y marca a nuestros hijos por el resto de sus días, los daña y los hace detestables, odiosos y desconsiderados además nos retrasa a nivel familiar, cultural, económico, social y especialmente espiritual y humano. Enseñar a nuestros hijos e hijas que las tareas de casa deben ser compartidas por igual, que tienen los mismos derechos y obligaciones, permitir una comunicación con la verdad, el respeto sin distinción de sexo, hará de nuestras familias espacios más armoniosos y de nuestros hijos personas genuinas, sin complejos ni problemas para adaptarse, futuros padres comprensivos y exitosos, profesionales buenos y de bien.

PARA SENTIRSE MEJOR

Mg.Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.



En nuestro medio, las enfermedades mentales y los trastornos de la conducta son problemas que se acentúan día a día. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que afectan a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. Basta con mirarnos interiormente y a nuestro alrededor para constatar que en nuestra ciudad, en particular, cada vez hay más de nosotros que no nos encontramos “del todo bien”. Emplear estrategias dirigidas a mejorar nuestro estado de salud mental es una medida que no debería parecernos inalcanzable y/o inútil; la pregunta sería, desde luego, ¿Dónde encontrar la guía para poder adoptar esas medidas? y ¿Cuáles son las medidas más convenientes para mí?
En algunos sectores de nuestra sociedad, como en algunos otros países de Latinoamérica y en todo país desarrollado, las ideas de la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental, han sido aceptadas por sus habitantes como dos de las mejores medidas para lograr una calidad de vida óptima. Así como tienen al médico “de cabecera” a quien acuden para mantenerse en buen estado de salud física, tienen al psicólogo “de cabecera” al que acuden cuando mentalmente mejor se sienten, para conservar ese estado de bienestar. Estas son formas de prevenir (para después no tener que lamentar) trastornos en su vida que afecten todas las áreas de su personalidad y les priven de esa estabilidad de la que muchas veces creemos gozar.
Cuando una persona en buen estado de salud mental consulta al profesional correspondiente, el trabajo de mantenimiento del estado de bienestar es más sencillo y reducido en el tiempo, además de que también es menos costoso económicamente y emocionalmente para quien consulta. Es importante no esperar a enfermar para acudir a un centro de atención psicológica pues es necesario intervenir antes, cuando las personas aún no han desarrollado el problema.
La prevención no sólo se da en el área individual, existen programas psicosociales basados en las escuelas que pueden reducir la prevalencia de los trastornos de la conducta, los relacionados con el abuso de sustancias e incluso otros problemas propios de cada edad.
Cabe resaltar que el trabajo de prevención de las enfermedades mentales y la promoción de la salud mental no tienen edad. Desde el niño que aún se encuentra en el vientre materno hasta el anciano de edad más avanzada, el ser humano tiene derecho a vivir humanamente y a disfrutar de esa condición. La identificación oportuna de los trastornos mentales graves permitirá instaurar un tratamiento más eficaz y completo y brindarle a la persona una mejor calidad de vida.

PRIMAVERA DE ENERO A DICIEMBRE

Mg. Carmen Consuelo Jaramillo Carrión
Psicóloga clínica – Universidad John F. Kennedy. Buenos Aires, Argentina.



La llegada de la primavera, estación floral y multicolor, convoca a concurrir a fiestas, realizar reuniones amicales y familiares, a tomar conciencia de la necesidad de bienestar físico debido a que anuncia por adelantado la llegada del verano. Trae consigo ilusiones de emociones nuevas y de nuevas perspectivas a nivel sentimental y, claro está, también moviliza toda la maquinaria del comercio para obtener ganancias con sólo nombrarla. A la primavera se la suele relacionar también con una etapa en la vida que a pesar de ser corta, contiene las experiencias más agradables ya que, en teoría, es el período de tiempo durante el cual el ser humano alcanza su plenitud biológica y psíquica y además, puede disfrutarla. La primavera es el tiempo en que nos sentimos invitados a sentirnos alegres y realizados, a disfrutar del amor y del placer, a sabernos productivos y a gozar de ello. La primavera es todo eso y mucho más.
La cuestión es ¿Cómo hacemos para que esta estación se instale en nuestras vidas y tengamos primavera de enero a diciembre? Estimado(a) lector(a), la vida es muy corta para sentarnos en un rincón a pensar si merecemos o no el intento. Absolutamente todos merecemos esta primavera siempre y cuando para lograrla no nos hagamos daño y no hagamos daño a ningún otro ser vivo.
Valorando nuestra situación de seres humanos privilegiados con el don de la palabra y la capacidad de comunicación debemos concurrir al psicólogo para que cuando nos sintamos afectados por la intolerancia, la impaciencia, el egoísmo, la desconfianza, la falta de respeto a nosotros mismos y a los demás, la culpa, la vergüenza, la soberbia, la envidia, los celos, nos ayude a sentirnos mejor y para que nos ayude también a mantener nuestro estado de plena armonía si es que estamos pasando por un momento feliz. Los pasos a seguir han de ser:


1.- Lograr el autoconocimiento: No es imposible, con un poco de ayuda del psicólogo lo logrará, pues hace falta la mirada y el compromiso de quien no nos conoce previamente para aclararnos el camino y facilitarnos el trabajo hacia el autodescubrimiento.
2.- Aceptar nuestros puntos positivos y negativos: Todos los tenemos y no sólo hay que conocerlos, sino aprender a aceptar lo positivo para seguirlo cultivando y corregir lo negativo para no hacernos daño ni lastimar a los demás. Aprenderemos a vivir con aquello que no podemos cambiar y creceremos como personas.
3.- Lograr estrategias efectivas: Son procedimientos que se trabajan junto al profesional que nos asesora, estas estrategias las trazamos de acuerdo a las posibilidades de cada persona de poder ponerlas en práctica, por lo tanto, son diferentes para cada individuo.
4.- Aplicación a la vida cotidiana de las nuevas estrategias: Llevamos a la práctica todo lo trabajado con paciencia y buen humor. Nos sentiremos mejor, nos veremos mejor, los demás notarán el cambio porque brindaremos lo que ahora sí tenemos: Bienestar. Estaremos vestidos de primavera por dentro y por fuera.


Por otro lado, la primavera en el alma no tiene edad, los niños la presentan naturalmente (por favor, no se las quitemos), los adultos mayores no tienen por qué no gozarla (por favor, no los discriminemos), y usted estimado(a) lector(a), Ahora que sabe qué hacer, ¿Qué espera para vestir su vida de primavera todo el año?